
Socialización y educación en Argentina
En la primera etapa existieron relaciones muy estrechas entre el Estado y la Iglesia. Gran parte de los españoles les negaron racionalidad a los indígenas y su derecho a la educación. Desde mediados del siglo XVI estableciendo una metodología evangelizadora persiguieron sobre las poblaciones indígenas: a) infundir la fe católica; b) imponer usos sociales europeos; c) aprovechar la fuerza laboral para la producción. Por sus efectos sobre los aborígenes se destacaron los integrantes de la orden jesuítica, fundando en Córdoba la primera Universidad en 1613, la que se convirtió en foco de irradiación cultural durante el siglo XVIII. Sin embargo, en 1767, las autoridades españolas expulsaron a los jesuitas destruyendo su obra educativa y toda acción orgánica de integración. Simultáneamente, en las ciudades, el clero regular, secular y los maestros laicos impartieron una enseñanza elemental y profundamente influida por valores religiosos. La enseñanza de física y matemática se establecieron sólo en los últimos años de la colonia.
La segunda etapa se dio con la llegada al poder español de la dinastía de los Borbones. Se aceptó la visión enciclopedistas, penetrando en nuestras tierras las ideas de bienestar general y la elevación del nivel cultural. Por ejemplo, influyeron en Belgrano, y por su prédica se creó en 1799 la Escuela de Dibujo y de Náutica.
La Revolución de Mayo promovió un cambio de estructuras político y económico, pero en el plano educativo permaneció la estructura colonial. Sobresalió, en este plano, Mariano Moreno quien intentó universalizar la educación más allá de las escuelas a través del periódico (la creación de la “Gaceta de Buenos Aires”) y la fundación de la Biblioteca Nacional. En 1821, se creó la Universidad Nacional de Buenos Aires con una orientación moderna donde se favoreció el estudio de las ciencias experimentales.
Alrededor de 1837 se destacaron: a) en el plano interno la lucha entre unitarios y federales, y b) en el plano externo, en Europa, la controversia entre las ideas iluministas y las reacciones románticas que se encarnaron en las luchas entre las revoluciones nacionales burguesas (Alemania e Italia) y la restauración de las monarquías.
En ese contexto histórico se reunieron en Buenos Aires un grupo de personas influidos por distintos pensadores como Mazzini, fundador de la joven Italia (1831) y la joven Europa (1834) quien transmitió los objetivos de programas democráticos; Bentham que inculcó el logro de la felicidad en la colectividad humana y la formulación de constituciones a priori con principios esenciales, como el bienestar general; y Herder que incorporó ideas románticas como el robustecimiento de la cultura y las industrias nacionales.
Una de las características más importantes del pensamiento de la generación del 37’ fue la reforma social mediante la acción política y educativa. Para ello, sus integrantes comenzaron con un estudio de la realidad social: sus usos, costumbres, leyes e instituciones. Luego establecieron principios (dogmas) que se concretaron en programas de acción transformadora que fueron los puntos de partida hacia el objetivo (ideal) y que eran los elementos que formarían la estructura de una sociedad evolucionada.
Conformaron un grupo que se denominó Asociación de Mayo, cuyos principios básicos fueron: libertad, igualdad, fraternidad, democracia, progreso, entre otros.
La “Asociación” programó que todos los individuos sean iguales y en este punto surgió la necesidad de la educación, pues resultó vital en su concepción la ilustración hacia las masas, la comprensión de sus derechos y deberes.
Este grupo pensó que, cuando en las sociedades prevaleciera la igualdad y la libertad comenzarían a establecerse las verdaderas jerarquías sociales que se basarían en la diferencia de capacidades.
Para la generación del 37 fue necesario una renovación cultural, volver a los principios de la Revolución de Mayo y enfrentar la herencia de las tradiciones españolas para crear una sociedad nacional. Era vital una etapa de transición donde se privilegiase la razón a la fuerza, y se crease una estructura de derechos, leyes y costumbres que afirmasen la libertad. Para ello, se debía proyectar la institucionalización del país mediante una Constitución que emanase de un poder originario (Constituyente) que organizase los poderes privados.
La base de la Constitución fue la organización democrática del país con la afirmación del estado de derecho, el equilibrio y separación de poderes y las garantías individuales.
Las otras características de la generación del 37’ fueron: 1) la separación de las antinomias entre unitarios y federales. De los unitarios incorporaron las ideas progresistas, y de los federales la consciencia nacional. No fue una conciliación sino una fusión que fue un nueva concepción; 2) la transformación de la sociedad colonial para la cual se propusieron fomentar la inmigración; 3) la modificación de nuestra estructura productiva desarrollando nuestras propias industrias e impulsando los elementos básicos de una nación: ciencia, política, filosofía, religión; 4) consideración del cristianismo como una religión civilizadora y progresista, aunque apoyaban la independencia entre el Estado y la Iglesia.
Durante 1850 – 1890 marcaron a nuestra nación la batalla de Caseros, la Constitución Nacional de 1853, la segregación porteña, la unificación nacional que consolidó la República Argentina, la hegemonía porteña, y la inmigración masiva.
Luego de Caseros se desarrollaron diversas influencias pedagógicas como: a) la francesa que inspiró nuestro sistema escolar; b) la norteamericana que influyó en un pilar de nuestra educación impulsada por Sarmiento; c) la inglesa que se basó en el evolucionismo de Spencer y otras de menor relevancia. Sarmiento inició la pedagogía en Argentina, creó las escuelas populares y los magisterios nacionales e influyó en la ley 1420.
La presencia de la generación del 80’ culminó con la llegada a la presidencia de la Nación de Julio Argentino Roca. Éste fue el momento de las ideas positivistas.
Los resultados del censo escolar de 1853 revelaron que la asistencia escolar fue sólo del 29, 30%, que el 70% de la población era analfabeta, y el 10, 20% semi analfabeta.
La respuesta del gobierno de Roca fue la sanción, el 26 de junio de 1894, de la ley 1420 que consagró la educación común, obligatoria, gratuita y laica. Los aspectos centrales fueron: a) integrar y favorecer el desarrollo moral, intelectual y físico de todo niño de 6 a 14 años. La necesidad política de integración e instrucción prioritaria y para ello la ley exigió rigurosamente a los padres la participación de sus hijos bajo apreciamiento de multas y hasta el ejercicio de la fuerza pública, así como se estableció la obligación al Estado de crear escuelas públicas; b) se dispuso la creación de un “mínimo de instrucción” de materias como historia particular de la república, idioma nacional, y conocimiento de la Constitución Nacional; c) el financiamiento de las escuelas y de la labor de los docentes; d) con respecto a la enseñanza religiosa se expresó que sólo podría ser dada en escuelas públicas por los ministros de los diferentes cultos a los niños de su respectiva comunión, y, antes o después de la clase.
Indicadores de alfabetización y escolarización en la Argentina actual. La educación universitaria
La Reforma Universitaria iniciada en Córdoba en 1918 propuso: a) la autonomía universitaria, su independencia del poder político para su gestión académica; b) el cogobierno democrático entre los profesores, estudiantes y graduados; c) la libertad de cátedra; d) el consenso para la selección de personal docente; y e) la extensión universitaria.
A partir de 1922 se incorporó una metodología opuesta al positivismo, de corte metafísico, que se denominó reacción espiritualista, con influencia alemana e italiana.
En la década 1946/1955 se destacó: a) la expansión de la oferta educativa gratuita; b) la creación de la enseñanza técnica en manos del Estado; y c) la creación de la Universidad Obrera.
Desde 1966 la educación sufrió un retroceso, en especial, en el nivel universitario por la expulsión de profesores, que por razones políticas debieron emigrar.
En 1933 se sancionó la ley Federal de Educación con el objetivo de impulsar una transformación global de la educación. La ley 24.195 se aplicó gradualmente desde 1995 pero tuvo plena vigencia a partir del año 2000.
La situación educativa en la actualidad es preocupante. Se percibe: a) deserción escolar de los sectores más humildes y sectores de la población que utilizan las escuelas como fuente de alimentación por tener las necesidades básicas insatisfechas, lo cual, conspira contra la distribución igualitaria del conocimiento; b) insuficiencia en la estructura escolar y en el equipamiento didáctico; c) escaso financiamiento educativo; d) deterioro en el sector docente por la desmotivación en la tarea; e) escaso reconocimiento real a la educación como pilar entre los valores contemporáneos, a diferencia de esto, se privilegian los valores económicos.
Leandro Mata
(Febrero 2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario