lunes, 18 de mayo de 2009

APUNTES SOCIOLÓGICOS (6° Parte - B)


La conducta desviada

El medio que llamamos sociedad, necesita orden y equilibrio, es por ello, que las conductas de los hombres están reguladas por pautas, normas consuetudinarias (costumbres) y también por leyes (normas jurídicas).

Cuando el hombre actúa en disconformidad con este sistema regulado, surge la conducta desviada. La desviación es cualquier tipo de conducta que no encaja en las normas de un sistema social determinado.

Tipologías según Merton

En la conducta ritualista, el hombre en su medio se propone objetivos. Cuando renuncia a ellos puede aferrarse en exceso a reglas formales (rituales), que la alejan de aquellos logros que un día el mismo eligió. No hay evidencia pública de desviación pero si es observable un alejamiento del modelo cultural que exige esfuerzo para avanzar y ascender.

Podemos ubicar este tipo de desviación en grupos de estudiantes que observan las reglas de presentismo en sus clases obligatorias, cumplimiento estricto de horarios establecidos, todo ello unido a su ausencia al momento de la evaluación final de sus conocimientos (se los llama en el lenguaje cotidiano “estudiantes crónicos”).

En la conducta retraída hay renuncia a los fines, objetivos, y también a las normas formales o rituales. Es la evasión del adicto. Es la conducta del que no reemplaza valores, solo se observa su apatía, su quedarse, su inacción (se lo llama en el lenguaje vulgar “vagabundo”).

En la conducta innovadora, el inventor quiere lograr sus objetivos pero no se desvía en los medios que utiliza para llegar a su meta. El innovador ignora los métodos convencionales reemplazándolos por formas ilícitas (corrupción como escalón de movilidad social).

En la conducta rebelde esta forma de desviación resulta de incongruencia entre la cultura y la estructura social. Varía de una persona a otra y de un grupo a otro.
Sobre la conducta conformista, cabe decir, que cuando esta conducta se identifica u observamos sumisiones a ellas, podemos hablar de conformidad. El lenguaje que adaptamos, la vestimenta acorde con la “moda imperante”, como también el cumplimiento de los requisitos que el Código Civil establece para contraer matrimonio, son todas conductas conformistas.

Tipologías según Riesman

Según este autor, encuadramos a los hombres en dos grandes grupos: los jurídicamente lícitos y los ilícitos, clasificándolos en: adaptados, los que responden a las demandas de su estructura social; anónimos, los que su conducta no concuerdan con lo que espera la sociedad (disconformes, desadaptados); y los autónomos los que poseen aptitud para conformarse o no, configurando un caso marginal, su conducta puede resultar adaptada o anómica.

Causas de la conducta desviada

Las privaciones materiales (factor económico) generan ansiedades sobre el status ocupacional (pérdida de trabajo) que pueden canalizarse en robos o retraimiento.
Cuando hay enfrentamiento con la autoridad (paterna), la consecuencia puede ser otro enfrentamiento (ejemplo la autoridad policial) que aparece como sustituto de aquella crisis y contra ellos actúa.

Un criterio puramente sociológico, afirma la existencia de la conducta desviada como resultado del aprendizaje dentro de grupos, en los que el delito es practicado y valorado positivamente.

Subculturas desviadas

Ha sido comprobada la existencia de subculturas que educan y apoyan a los ofensores de la ley. Una mínima parte de los delincuentes actúan aisladamente; sus actividades las realizan en compañía de los otros que sostienen similares actitudes y valores.
Sin embargo, no toda conducta divergente debe vincularse a una subcultura desviada. Un homicidio pasional, por ejemplo, generalmente no es un producto de una subcultura desviada. La mayoría de los grupos de delincuentes juveniles se localizan en zonas suburbanas, a veces unido a los rigores de la pobreza, a las familias desplazadas o “rotas”.

Anomia (concepto)


Salvador Giner expresa que la desviación social se comprende mejor dentro del marco de la anomia. Denota, en primer lugar, según el concepto de Durkheim, situación o circunstancia en la que existe un conflicto de normas y las personas no pueden orientar su conducta con precisión.

La anomia surge de la discrepancia que existe entre las necesidades del hombre y los medios que la sociedad le ofrece para satisfacerlas. Y en este mismo andarivel llegamos al suicidio anómico. Según Giner “cuando el hombre está desligado de la sociedad se mata fácilmente pero también se mata fácilmente cuando está con demasiada fuerza integrada en ella”.

Para este autor, suicidio es “todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente de un acto positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que había de producirse ese resultado”.

Las diversas formas de suicidio son: egoísta (exceso del “yo” individual); alturista (patriotismo); y anómico (falta de posibilidad de optar, por ejemplo, miseria).

Control y conflicto social


El control social supone retrotraernos a la regulación de la conducta humana. La conducta del hombre en sociedad se regula a través de normas y valores, transmitidos durante los procesos de socialización y educación o mediante el empleo de la fuerza de ley. El control social es una extensión del proceso de socialización, es decir, que el primero completa al segundo.

Si la persona social adecua por si misma su conducta a las normas y valores aprendidos en el proceso de socialización, decimos que se “auto-controla”, en ese caso el auto control es la extensión subjetiva de la socialización. Si la persona necesita la aplicación de un mecanismo externo (por ejemplo, la vigilancia del fiscal de tránsito o la presión de su familia) para cumplir las normas aprendidas en la socialización, decimos, que se trata de un “control”, en este caso, el control social es el aspecto objetivo del proceso de socialización, pues, se refiere al mecanismo que extiende dicho proceso, induciendo u obligando a la persona mantener la conformidad de su conducta con las pautas y normas aprendidas.

Unida al control social se encuentra la existencia y el ejercicio del poder. Para Giner “el control social es un sistema de poder”. Poder significa la posibilidad real y eficiente de determinar la conducta de los demás, y para Max Weber “poder” es la posibilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera fuera el fundamento de esa probabilidad.

Tipos de control social

En la sociedad mágica (primitiva) el hombre no encuentra explicación racional a los hechos y sucesos que ocurren en su vida, hay desconocimiento y necesita apoyo y ayuda de algo o alguien a quien considere superior y le reconozca también poder superior. Para el consejo de ancianos y jefes, los magos controlarán las conductas, sancionándolas o descubriéndolas.

La conducta tabú (indebida) será sancionada afectando a los bienes o a la misma persona (expulsión del grupo: muerte). Junto a la sanción está el ritmo de purificación, cuyo destino es borrar las consecuencias de la conducta tabú o indebida.

La sociedad religiosa muestra mayor complejidad, pues existen organizaciones burocráticas y el Estado es de carácter teocrático. La conducta secreta o pecadora se regula por las normas aplicadas por un “Dios vivo”. Los desastres o calamidades naturales (por ejemplo, terremotos) son consideradas sanciones divinas o conductas perversas del hombre o del pueblo. La condena en este mundo (vida terrenal) se repite en el “otro mundo”. Las normas que se aplican invocan a Dios.

La sociedad secular, dicta, elabora y crea normas cuyo único autor es “el hombre”. El derecho como tipo de control social surge del hombre y rige conductas humanas a través del estado secular. Este derecho normativo supone órganos que lo crean y aplican (poder legislativo; judicial).

Formas de control social

Cuando participamos de la difusión y formación de conductas queridas o debidas que la sociedad espera (a través de la educación) estamos ante formas preventivas de control social.

Este proceso se cumple desde las primeras pautas informativas del padre a su hijo hasta el cumplimiento de la sentencia de un juez, pasando por múltiples controles preventivos.

Conflicto social (concepto)

Cuando la conducta de los hombres relacionados entre sí, son contradictorias y se infieren: surge el conflicto.

Este conflicto puede ocurrir: -cuando se produce daño físico en la persona o bienes de otro miembro del grupo o de otros grupos; -cuando la intención es apoderarse de la persona o de los bienes; -cuando el logro de los objetivos implicará privación de bienes o servicios de otros; -cuando la conducta rechaza al sistema institucional vigente y pretende reemplazarlo; -cuando la conducta se niega a dar o compartir lo que se tiene; -se genera el conflicto cuando estas finalidades son contrapuestas y coexisten; -en el ámbito de la sociedad nacional, pueden estar dirigidos: a los individuos en general (difusión de un idioma o programa político), a grupos primarios (los conflictos que provocan la disolución del vínculo conyugal), a secundarios (campaña para lograr el triunfo de un partido político), y/o a ciertas personas en particular (vecindario).

Conflicto entre miembros de sociedades nacionales distintas.

La presencia del conflicto es elemento constante de la sociedad y puede considerarse factor de equilibrio, de compromiso o de cambio. Siendo conductas antagónicas, coexistentes, contribuyen a afianzar la estructura social vigente porque se contraponen y balancean fuerzas antagónicas sin llegar al predominio de unas sobre otras y el conflicto permite canalizar tensiones que (tomando otras formas) crearían un real peligro para el orden social (es el conflicto como válvula de escape que constituye un elemento de equilibrio).

Es necesario destacar, que existe una distinción entre conflicto y competencia, ésta última, posee “reglas de juego” más rígidas: la diferencia es de grado, menos cruenta y la agresividad se canaliza en un sistema de convenciones. Salvador Giner expresa que “la diversidad social es, a su vez, causa y efecto, en gran parte, de la realidad conflictiva de la sociedad humana”.

Leandro Mata
(Marzo 2009)

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