lunes, 18 de mayo de 2009

LA EVOLUCIÓN


Discos.

Catupecu Machu - “Laberinto entre artistas y dialectos” (2007)


“Es algo muy de Catupecu que sigamos dando vueltas, hasta que las cosas terminan en un lugar diferente” decía allá por Agosto de 2007, Fernando Ruiz Díaz. Y si hay algo que parece respetar esa premonición es el último disco de la banda de Villa Luro.

Entre lo dicho y lo hecho, no hay -en este caso- diferencias. El disco tuvo cuatro meses de intensa gestación, grabado en Buenos Aires y masterizado en Nueva York.

De este modo, Catupecu eclipsó la metamorfosis al revés que Kafka, para bien, para no pasar inadvertido, para la envidia de Gregorio Samsa. Por más académico y conceptual que se trate de ser, solo hay una forma de describir a piezas únicas como “El viaje del miedo”: son esos temas que “te rompen la cabeza”.

Con algunas ayudas especiales, como la de Zeta Bossio y polifonía de viejos discos suyos y de Spinetta, como “Seguir viviendo sin tu amor”, tema torneado por las radios propulsoras de hits y destructoras de mística.

Dos capítulos para un disco único, pero doble. El primero de ellos “"Tratado De La Materia En Estudio" y el otro “Registro De La Materia “En Concierto". Ambos, dentro de “Laberinto entre artistas y dialectos”. Un disco lingüístico, con canciones nuevas y reversiones de otros, para el análisis de Chomsky.

La placa representa un quiebre dentro de la banda por muchas cosas. Primero y principal, porque volvieron a enfrascarse dentro de un estudio sin la presencia de Gabriel Ruiz Díaz, encargado de cocinar y dirigir todos los trabajos anteriores. Segundo, porque marca una nueva etapa dentro de Catupecu, etapa a la que arribaron en forma forzosa, pero sin dejar nunca de hacerse cargo. Tercero, porque el grupo esta mutando y esta vez, se jugó a romper con los preconceptos del rock, para hacer música.

Una banda que evoluciona con dirección al jazz, porque posicionar al disco dentro del unplugged, es una blasfemia a los arreglos y los replanteos en la forma de encarar su historia desde una óptica distinta.

Otro idioma, un nuevo dialecto parece ser el mensaje de Catupecu Machu, que juega a desnudar las peores de las tragedias para continuar en la eterna lucha de alcanzar lo que parece estar inalcanzable ¿Será así?

Bienvenidos entonces, al disco paradigma de la banda.

Germán Uriarte
(Diciembre 2008)

No hay comentarios:

Publicar un comentario