lunes, 18 de mayo de 2009

CABALLOS SALVAJES


VALE LA PENA ESTAR VIVO

En este film, Marcelo Piñeyro narra la historia de José (Héctor Alterio) quien desea recuperar más que U$S 15.344. Este personaje roza la locura pero no la “mierda”, diferencia lo justo de lo injusto, al explotador del explotado, al dominador y al dominado.

Sufre por la muerte de su hijo, desaparecido durante la dictadura militar, y la posterior muerte de “tristeza” de su mujer. Además intenta hacer justicia sobre el dinero que le fue expropiado durante 1977, en dónde la política económica de Martínez de Hoz se llevaba los fondos ahorrados por su padre para los estudios de su hijo Pablo, al mismo tiempo que la política represora de Videla, Massera y otros tantos militares más, se llevaba la vida de su único hijo.

Dieciocho años después comienza su lucha, en donde además desmantela un hecho de corrupción, moneda corriente en las empresas privatizadas durante el menemismo, tanto en el tráfico de armas como en las coimas empresariales.

Pedro Javier Mendoza (Leonardo Sbaraglia) ejecutivo de la financiera, se hace pasar por rehén para ayudar a José, pero sobre todo para salir de un círculo familiar y laboral, en donde la extorsión, las amenazas y la cotidianidad del sistema lo sobrepasan hasta llegar a un punto de reflexión sobre qué hacer con su vida.

Los medios de comunicación tienen un rol protagónico en esta película, ya que demuestran que sin ellos, “Los Indomables” no son noticia, no alcanzan el mote de héroes ni de villanos (televisión).

Más allá del canal 5 de Buenos Aires, también durante el viaje la banda se guía por la radio del pueblo, quienes son ayudados por la gente, que mandando mensajes a este medio, los protege de “los matones” indicándoles la ruta a seguir.
A la banda perseguida, poco le importa el manejo extorsivo de los medios, aunque sí tienen en cuenta que su entorno (que es sólo la “gente común”), no quedé afectada por su accionar, que ellos denominan como “anarquistas”, pero que más bien, entrarían dentro del marco de la “justicia social”.

La muestra de pensar “lo del pueblo para el pueblo” se realiza en el momento del reclamo frente a la empresa “Petromax” en Cerros Azules, donde quedan quinientas familias sin empleo y la banda integrada por Alterio, Sbaraglia y la incorporación de Ana (Cecilia Dopazo) entrega a la gente, en medio de una olla popular, medio millón de dólares, dinero que había sido robado por el Banco Alcázar.
Martín Juárez (Fernán Miras) expresa que los “Indomables van contra la injusticia financiera” y se dirige en busca de la noticia, pero entendiendo la coyuntura en la que los acontecimientos suceden, no sólo se limita a informar, sino que, también cumple un rol social.

Están presentes los matones con gomina, bigote, parada militar, falcón verde, amenazas, y golpes. Estos son, los que asesinan al protagonista central, y los sucesores de una generación que también mató al hijo de José, y a los hijos de Federico Luppi y su mujer (amigos en común con Alterio).

La muestra de libertad concluye al final de la película, en donde los caballos son liberados, junto con la paz interior del protagonista, que genera que al menos por un rato, el Dios del cielo quiera que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos...mierda.

Leandro Mata
(Diciembre 2008)

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