lunes, 18 de mayo de 2009

LA POLIFONÍA PERONISTA


La historia fue así, a mediados del año pasado, Fernando Fisher, proveniente del Partido Justicialista e intendente de la localidad santafesina de Amnstrong, se despachó con la siguiente frase ante 20 mil personas que presenciaban su acto en algún lugar remoto de su pueblo: “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”.

Fisher tenía toda la intención de citar a un general y en eso no se equivocó. La frase del intendente hubiera cerrado de no ser por un pequeño detalle: le erró de general.

En efecto, Fisher trajo a la memoria la imagen de Leopoldo Fortunato Galtieri, ideólogo de la absurda guerra de Malvinas. Fisher quería citar a Perón, ideólogo del Justicialismo.

No obstante, para fortuna -o desgracia- del errático intendente, Reutemann salió a respaldarlo con otra frase tan inoportuna como la anterior. A propósito, el ex corredor de Formula 1 y actual peronista dijo: “Son esas boludeces que a veces uno comete cuando habla”.

Hay algo, no obstante, que no cierra y que desde hace un tiempo a esta parte, rebota dentro de la incisura intertrágica de mis orejas: desde la vuelta a la democracia hasta la actualidad todo aquel candidato que se jacte de peronista tiene una impostergable necesidad de citar a Perón donde sea y como sea.

Pareciera que la clave del éxito justicialista radica en decir algo ya dicho con anterioridad por Juan Domingo. Entonces, uno puede vislumbrar a los jefes de campaña o al asesor de imagen del político peronista, diciéndole una especie de tips a tener en cuenta para sus discursos y presentaciones en cámaras, entre las cuales no pueden faltar: “acomodate la corbata, mira fijo al lente, peinate bien y no te olvides de citar a Perón caiga quien caiga y sea como sea”.

Pero para criticar a conciencia, siempre digo que es necesario realizar el análisis del discurso correspondiente, entonces, elegí hoy al azar un político peronista que ocupa el cargo de Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, que hoy es kirchnerista y ayer fue menemista y mañana veremos en qué muta. A propósito, estoy hablando de Scioli. Ahí vamos:

“Para acompañar a la presidenta de todos los argentinos, a nuestra compañera Cristina Fernández de Kirchner, en la política de distribución del ingreso, de inclusión social, cómo ya lo dijo el general Perón con su experiencia y su sabiduría “con la ley todo y fuera de la ley nada” y eso es lo que tenemos que respetar, abrazarnos a nuestras instituciones para poder seguir avanzando en paz, en libertad y en democracia”.

Mas adelante, otro extracto de su discurso dice así:

“Tenemos que tener muy claro el mensaje que nos dejó el general Perón: “para un argentino, no hay nada mejor que otro argentino”, y eso más que nunca lo tenemos que repetir y tener claro, que primero está la patria, después el movimiento y después los hombres y hoy la patria requiere esto y por esto estamos aquí”

¿Lo ven? La verborragia peronista, esta ahí, latente. No importa de qué se hable, siempre tiene que aparecer “el General” como sea. ¿Por qué no lo dejan descansar en paz? En lo anteriormente expuesto, díganme: ¿Qué carajo tiene que ver la frase “con la ley todo y fuera de la ley nada” con la inclusión social y la distribución del ingreso? Nada.

Otra cosa. Para el peronista primero está la patria, después el movimiento y por último los hombres, es verdad. ¡Pero, ojo eh! La patria siempre tiene que ser peronista porque sino, no vale.

Entonces, tranquilamente uno se puede imaginar esta situación: a Scioli –o cualquier otro peronista- yendo a comprar un parlante para su equipo de música a cualquier casa de audio y decir: “déme el mejor parlante para mi equipo de música porque yo, al igual que el general Perón “llevo en mis oídos la más maravillosa música que es, para mí, la palabra del pueblo argentino” y rematar con un ¿cuánto sale?”

Scioli aparte de escupir lo primero que le viene a la boca, cita mal a Perón. Porque lo que en su momento dijo este hombre era que “para un peronista, no hay nada mejor que otro peronista”. Ahora bien, teniendo en cuenta que el peronismo es el movimiento mas heterogéneo de nuestro país, que para un peronista no haya nada mejor que otro peronista, termina resultando un grano en el orto para los peronistas de hoy.

Porque en la actualidad todos se encuadran dentro del peronismo y sólo basta con hacer una breve enumeración de las figuras que se embanderaron tras Perón y se consideraron como peronistas para que salte la ficha. Entre ellos: Luis Abelardo Patti, Aldo Rico, Carlos Saúl Menem, Eduardo Duhalde, Cristina Kirchner, Luis Barrionuevo, Adolfo Rodríguez Saá, Felipe Solá, entre otros. Todos son peronistas, pero a la vez algunos se definen como “peronistas Anti K”, otros como peronistas oficialistas, como disidentes y otros donde pueden.

Por suerte, la parodia nos sirve de consuelo para los que no tenemos opciones al emitir el sufragio. Cuando me levanto por la mañana, disfruto de escuchar el programa de Fernando Peña en la Metro. Se llama “El parquímetro”, va de 6 a 10. Cada tanto, Peña encarna uno de los personajes que mas me gusta escucharlo interpretar, el de Rafael Oreste Porelorti, un senador justicialista que pasó por todos los puestos y siempre supo acomodarse y transar con quien sea para permanecer currando en la política. Un verdadero dinosaurio político. Otro que supo condensar como ninguno la verborragia peronista fue Alfredo Casero en “Cha, Cha, Cha”, con su personaje Don Gilberto Manhattan Ruiz, el Ministro de Ahorro Postal o con el célebre sketch de la convención de Batmanes del Mercosur. (Clickeando sobre el nombre pueden ver las secuencias)

Si estuviéramos en otro país, Peña y Casero serían unos exagerados, pero acá, en éste, son adelantados y por eso, muchas veces incomprendidos. Tanto Rafael Oreste Porelorti como Don Gilberto Manhattan Ruiz son el prototipo del político peronista de hoy.

Retomando un poco la polifonía peronista, creo que llegó el momento de recordar algunas de las frases que los discípulos de Juan Domingo nos dejaron para la posteridad. Hay un par que son célebres como la de Eduardo Duhalde diciendo “el que depositó dólares, recibirá dólares” o aquella esgrimida por María Julia Alsogaray: “en mil días vamos a poder tomar agua del riachuelo”. O mejor, ¿por qué no? el hermano de Adolfo Rodríguez Saá denunciando fraude electoral y pidiendo que revisen la mesa numero 86 de Necochea que los daba como ganadores.

Por mi parte, lo más sensato que le escuche decir a un peronista fue que “en este país hay que dejar de robar por dos años”.

Otra cosa que nunca entendí de la raza peronista es cuando dicen “Hoy es un día peronista” ¿Qué es un día peronista? ¿Un día de sol? ¿Un día nublado? ¿Un día mitad sol y mitad nublado, con ráfagas de calor y de frío? ¿Un día para andar en bermuda? Por ejemplo… Ahora que hace falta que llueva, si llueve ¿es un día peronista? ¿O es un día lluvioso? Ah y para ellos ¿Cuál es el día radical? ¿Tendrá su día la Coalición Cívica y el PRO?

En fin, como diría Reutemann “Son esas boludeces que a veces uno comete cuando habla”. Y el peronista habla mucho.

Germán Uriarte
(Febrero 2009)

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