lunes, 18 de mayo de 2009

"PARA SER SUPERMAN, NECESITAS SER CLARK KENT" (2° Parte)


Emilio Fernandéz Cicco ha hecho carrera. Se inició en la revista Noticias donde fue creciendo de a poco hasta el día que decidió irse, fue editor de la revista Newsweek y renunció, varias de sus crónicas han salido en las revistas Gatopardo y Rolling Stone. Actualmente, exiliado en Lobos, escribe en Hipercrítico y para el diario Crítica de la Argentina

Cuando decís que tus métodos de entrevista son desde cualquier óptica que se los mire, “desubicados” ¿a qué te referís puntualmente?

A que no le podes poner buen título, a que muchos medios no lo publicarían porque tiene amistad con tal o cual famoso, a que no responde a los cánones del medio. Es desubicado porque no la podes ubicar en ningún lado.
¿Es una entrevista? Sí, es una entrevista, cumple con todas las funciones, pero sin embargo no la podes poner en ningún lado. A mí, en Noticias, los últimos años no sabían que darme, porque ya estaba desubicado para ellos. El periodismo Border es una desubicación porque no responde a nada de lo que ya estaba hecho. Imaginate en Noticias, que un periodista de ellos actúe en una película porno, es una locura. A esa revista la leen la gente de mayor guita, toda la familia, se considera que sus periodistas son impolutos, súper éticos y de golpe que pase esto, es desubicado.

¿Qué genera que nazca el periodismo Border?

Básicamente el hastío, sentir eso, que muchos de mis compañeros veían cosas interesantes que después no figuraban en los textos. Entonces traté de crear algo, algún genero, algún sistema nuevo que pudiera incorporar mucho más la mirada del periodista. Para mí, una buena observación vale más que mil datos. Vos podes contarme desde la hora que te levantás, la plata que ganás, sumás cien mil datos y no es lo mismo que si yo te observo bien y te hago una frase realmente observándote, una frase donde te cale bien hondo, que diga vos sos así. Eso vale más que mil datos.
Desde la época de Rodolfo Walsh y más que nada desde Verbitsky se maneja mucho el dato, la cifra, pero sin embargo, eso no es lo más profundo que podes decir de una persona, lo más profundo es casi una observación poética que tenes que hacer después de verlo una buena cantidad de tiempo. El Border apunta a eso, a defender la mirada sobre otro tipo de cosas.

¿Cómo manejas los prejuicios que encasillan al Border como tergiversador o sensacionalista?

No me pregunto esas cosas. Mis notas no son sensacionalistas. No descubro un chanchullo buenísimo que me sirva para ganar una tapa, no tienen un gran título. Generalmente lo que esperan los medios es eso, que tengas un gran título. Todo eso no me interesa. No hay abusos de niños, ni una historia increíble, eso en mis notas no está y hay gente que fuerza eso.
Lo que me interesa descubrir, apunta a llegar a ver quién es esa persona que todo el mundo cree conocer. Di Tella, Bredicce, Elena Cruz son algunos de los casos. Con la tele eso no lo podes hacer, porque plantas una cámara y la gente es otra, pero con la entrevista, si.

Cuando decís destruir a las celebridades, ¿a qué nivel o a qué precio? ¿A ir y hacer foco en lo malo indefectiblemente o en lo que todos no ven?

No es lo malo o lo bueno, es lo real. ¿Quién es ese tipo?, lo tenés a Pettinato sentado acá, de verdad… ¿cómo es? Seguro que no es como la tele, porque ahí esta trabajando, eso es una mascara, es un personaje, pero ¿cómo es de verdad el tipo? es malo, es bueno.
Por ejemplo, yo lo fui a entrevistar a Roberto Giordano que tiene una fama de boludo total. El tipo era re inteligente, la tenía clarísima, sabía inclusive que su personaje daba boludo y que a la gente le gustaba eso. El hecho de que pareciera tontito te puede hacer prejuzgar a una persona y después te terminas llevando una sorpresa para bien. Yo no juzgo a nadie, voy a descubrirlo.
Si lo sentamos acá a Tinelli, Pettinato, Dolina, estoy seguro que te vas a llevar una imagen diferente a la que tenías, ahora, si vos vas cargado de preconceptos y lo vas a liquidar, me parece que siempre vas a obtener lo mismo.
Yo voy con las puertas abiertas, el único preconcepto que tengo es que eso que se ve, no es real nunca. Entonces digo, a ver, es mejor persona de lo que se ve, ¿es más boludo?, ¿es más inteligente?
La otra vez tuve un problema con Bernardo Stamateas, porque el tipo no me quería dar notas, porque sabía quien era yo, me había leído y eso me dificultó mucho la negociación. Al final aceptó y le gustó la nota, me llamó para agradecer.

¿Dónde crees que radica el secreto de cada entrevista, eso que te va a permitir sacar algo inesperado de cada entrevistado?

Para mí el secreto es encontrar eso que llamo el detalle llave. Un gesto, un libro, un objeto que tiene en la casa. Eso que te va a permitir acceder al corazón del entrevistado, lo que es de verdad.
Una vez entrevisté a Jimmy Scott, un músico de jazz muy conocido. Lo estaba entrevistando en La Trastienda y de repente el tipo se paró a buscar un cenicero y fue y vino rengueando. Si yo sólo hubiera contado ese detalle, el tipo pasaba por rengo, pero se me ocurrió preguntarle porque rengueaba y me dijo “me apuñaló mi quinta esposa” y ese es un detalle llave. Un detalle que si fuera una observación nada más, significaría una cosa, pero la observación sumado al dato te permite entrar al personaje.
Si yo digo que vos fumás y nada más, es una cosa, pero si yo digo que vos sos Lanata y fumas tantos cigarrillos por día y aun siendo el tipo más inteligente de Argentina no podes dejar el tabaco, ahí es distinto. Te estoy dando una puntada pero con el hilo, la otra puntada es sin el hilo. Eso es un dato llave, una observación que va mas allá de una observación en sí.
Hay veces que lo encontrás y hay veces que no, pero cuando lo encontraste es como que encontraste el eje y eso en la entrevista es fundamental.

Tres de tus pilares periodísticos fueron Hunter Thompson, Robert Fisk y P. J. O´Rourke, ¿Qué rescatas de cada uno de ellos?

O´Rourke era humorista y se convirtió en periodista, el viajaba por todo el mundo, era corresponsal internacional de la Rolling Stone y viajaba a los lugares mas míseros, de mayores guerras y encontraba situaciones grotescas todo el tiempo. Dentro de ese caos, esa confusión, el tipo encontraba como una luz para el absurdo de todo.
Fisk, es un tipo un poco más serio que O´Rourke, cubre todo el tiempo situaciones de guerra y tiene una mirada increíble, por ejemplo, me encantó una nota que hizo del túnel donde estaba Sadam Husein cuando lo encontraron. A Fisk lo dejaron bajar y hace toda una descripción de ese túnel y de los últimos días de Saddam, que es genial. A nosotros, nos mandan a ese túnel y no vemos nada. Un tipo que todo el tiempo te cuenta la verdad detrás de toda guerra, te cuenta todo el panorama, que tiene una amplitud de mirada buenísima.
Hunter Thompson tenía cosas muy buenas y cosas muy malas, donde la pifiaba completamente. Era muy jugado, y eso es lo que más me gusta, un tipo que se la jugaba por completo, pero que a veces la pifiaba, pero cuando la pegaba, era el numero uno. El miraba desde el lugar de la droga, un tipo que chupaba todo el tiempo, y su mirada, la mirada que había construido era esa, si el tipo no hubiera consumido acido hubiera visto otra cosa. Esa es la mirada que el construyó y que es la que a mi me gusta, no es la que yo tengo, pero me gusta porque tiene una personalidad creíble. Lo que pasó es que después no se pudo separar de su personaje y se convirtió en un Charly García, a la larga. Era un tipo que todo el tiempo estaba borracho, todo el tiempo tomaba merca, nunca se pudo separar de eso, y eso le hizo perder la distancia que necesita todo periodista y así fue perdiendo el eje, pero lo que rescato de él, es eso, la personalidad y el desparpajo para contar todo, caiga quien caiga. No le importaba nada.

¿Cuáles son tus límites?
No mentir, no sacar de contexto, no trampear. A Hunter Thompson le pasaba que el periodismo Gonzo no era considerado periodismo como un género en sí. Estaba considerado más cercano a la ficción porque el tipo inventaba mucho, entonces ahí perdés un pacto con el lector, a mi eso no me pasa. Yo hago heavy.

Germán Uriarte
(Febrero 2009)

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