"MANUAL DE SUPERVIVENCIA PARA LOS DÍAS DEL GRAN DESASTRE"

“Detrás de los gestos austeros de los periodistas en los noticieros, el fatalismo de los científicos y el excitado diagnostico de los analistas políticos sobre que nada será igual, se escucha siempre el mismo tintinear. Las campanas del fin del mundo repican cada vez que se habla del futuro de la humanidad”.

Bajo ese clima, la editorial Clase Turista, saca “Manual de supervivencia para los días del gran desastre”. La edición reagrupa textos inspirados en manuales de boy scouts, técnicas aplicadas por los combatientes del Viet Cong, la contemplación de películas de terror hechas durante un año, de manuales distribuidos a la población por el gobierno de Estados Unidos durante los días de fobia a la Guerra Fría, y de otros intentos suicidas por alivianar el horror que rige a los habitantes de este planeta. Todas estas, encuadernadas bajo lo que la prensa enmarcó como libros-objetos.

Un libro de fácil lectura, con ilustraciones explicativas y 28 capítulos que nos pueden ayudar a sobrellevar el espanto y la fobia que conlleva el Apocalipsis. Desde como armar una bomba molotov hasta como hacer respiración boca a boca, o que cosas debemos hacer ante la rebelión de las maquinas o un ataque de zombies. El manual es el objeto fetiche que viene a fusionar la metáfora y la paradoja del discurso que difunden día a día CNN y los medios que rodean al lector regido por la connotación del flash, -o sea-, nosotros.

Utilizando un diseño creativo e innovador, Lorena Iglesias, Iván Moiseeff y Esteban Castromán -los culpables de todo esto-, apuntan a impactar desde la superficialidad de la obra para que a modo de gancho, el lector se introduzca dentro del fascinante mundo de la literatura. Lo logran. Nadie puede pasar desapercibido ante un libro que simula ser un pedazo de pasto o una carta bomba -como lo intentaron con otra edición anterior-.

El Andy Warhol de las editoras condensa así, la visión pop del mundo y el panick attack por saber que el fin de nuestros días llegará tarde o temprano.

Germán Uriarte
(Noviembre 2008)